Rss Feed

El Cañetano que hizo del fútbol un Evangelio

Antes de comenzar a escribir mis anteriores temas, ya lo tenía pensaba, lo tenía en la cabeza de una forma u otra yo tenia que hablar de un grande entre los grandes y este es el momento. Lamentablemente un 17 de setiembre nuestro Ídolo Máximo, el gran “Lolo” Fernández, dejó esta vida pero seguirá vivo en todos los hinchas cremas, los que lo vieron y los que no lo vimos. La primera vez que escuche el nombre de “Lolo Fernández”, tenia 10 años; papá decía a mamá que el lunes comenzaban las clases de mi hermano en la academia.
Escribo acerca del ídolo, no por que mi familia sea crema, por que para ser crema, no solo es ponerse la camiseta e ir al estadio, es llevarlo en la sangre; por que “mi sangre no es roja, es crema”.



“LOLO” FERNANDEZ: NUNCA SE FUE NI SE IRÁ
Había que aclararlo, porque en realidad el tiempo no parecía dejar cuentas pendientes con el astro crema. La duda prendía en los territorios de la denigración y se extendía sin disimulo hacia todos los caminos. El síntoma más evidente apareció días previos al clásico, se desato una polémica, para variar, porque no se sabía si jugaba o no jugaba el “cañonero”, todos hablaban, de “La reaparición de “Lolo”, esto provoco una interrogante: ¿Podrá resistir los 90 minutos?”, se preguntaban varios titulares. La prensa como siempre jugándose un partido aparte.
Aquel domingote de aquellos tiempos gloriosos del fútbol peruano. Creo que ese día todos los peruanos pensaban lo mismo, “es posible que aparezca en la cancha un hombre que llena con su nombre las dos épocas, un hombre que es como un sobreviviente de sí mismo, invencible al tiempo y a las defensas bravas, caballero andante del fútbol nacional”.
El santoral de los esfuerzos deportivos tiene en su nómina a un hombre famoso por resistirse a las tentaciones. La memoria popular lo ha consagrado como un testamento de la fidelidad: hubo un día en que “Lolo” Fernández, el cañetano que hizo del fútbol un evangelio (como dice mi papá); renunció a un cheque en blanco que lo hubiera llevado al extranjero con comodidades de crack, solo para mantener la promesa de entregar hasta los últimos sudores por su club. De modo que el día de su retiro, 30 de agosto de 1953; creo que fue un domingo, sobre la cancha del Estadio Nacional se planteaba más que el adiós a un crack, más que noventa minutos de talento en repliegue, más que un ejercicio de fervor popular: esa mañana moría una forma de entender el fútbol como un patriotismo.
El partido empezó como todos lo esperaban: alianza se lanzó a la ofensiva y durante los primeros veinte minutos impuso su juego sobre un rival que solo atinaba a replegarse. El panorama cambió al minuto 27. El crema Gutiérrez atrapó el balón por el centro de la cancha, superó a dos, burló a un tercero y mandó la bola a los pies de “Lolo”. El crack no la desperdició. Su tiro estampó las esperanzas del portero aliancista. Medio público estalló. El nombre del héroe salpicó las tribunas. La “U” tomó cuerpo, a los tres minutos del segundo tiempo volvió “Lolo” y clavó otro tanto. A los cinco se desquitó alianza. Equilibrio. Poco después un segundo tanto íntimo trató de cambiar las cosas. Al minuto 30 la “U” le cortó la viada. Y entonces llegó el tercero: "Lolo" captó una bola de Osorio y la mandó al arco. “Con ese tanto alianza ya estaba vencido”.Fue la coronación. La hinchada aclamó al veterano que regresó del frío. La multitud bajó al campo para cargar a su emblema. Lo alzaron en hombros, lo vitorearon. El pueblo siguió su ritmo y empujó al astro a la vuelta olímpica, solo, con el aire grave acentuado por el paño negro sobre su cabeza. El estadio era suyo y "Lolo" se dejó llevar. Hasta los adversarios victorianos pugnaron por saludarlo tras la derrota. Más aplausos. “La presencia de “Lolo” significó ayer para su divisa y para él uno de los más clamorosos éxitos de los últimos años”, escribiría esa tarde el cronista de El Comercio para los que iban a comprar el diario a la mañana siguiente. ““Lolo” electrizó como en sus mejores tiempos”, dijo el titular a página completa.Fue una tarde histórica. En las imágenes de esa jornada el ídolo crema aparece con el gesto incierto de quien no sabe qué le espera al otro día. Horas antes del partido había confirmado que no pensaba continuar como profesional. Los tres goles eran una despedida casi cabalística. “El anuncio de su retiro cierra una de las etapas más brillantes de nuestro fútbol”.
El impacto del partido continuó por días. Y el amor al ídolo era tan grande que el diario El Comercio, inició con 10 mil soles una colecta pública para regalarle una casa. Y hasta el presidente Manuel Odría puso otros 10 mil. Empresas públicas y privadas se unieron a la causa. "Lolo" fue cortejado por las radios, varios ministros lo invitaron a sus despachos para fotografiarse a su lado, su casa era asediada por fanáticos que querían saludarlo.Todavía le quedaban años de vida, muchos momentos para disfrutar los beneficios de su leyenda. Ese día de gloria le duró por años gracias a Dios.
En suma, “Lolo”. Si “Lolo” y la “U” será más “U” que nunca y el alianza lima Apelará a todos sus penales gloriosos para evitar que lo venza ese fantasma, único fantasma que es capaz de hacer goles, todavía”.

0 comentarios:

Publicar un comentario